Explorando Chiang Mai

La noche antes de empezar la aventura del trekking, decidimos prepararnos a conciencia y por eso nos hicimos el auténtico masaje tailandés, mezcla entre masaje y Muai Thai (boxeo), jeje.

Llegó el esperado día y… casi se van sin nosotros! El malentendido fue provocado por la pronunciación parecida en inglés entre las 9:15 y las 9:50. Una vez en el jeep conocimos a nuestros compañeros de viaje: 4 alemanes de Stuttgart  y 4 franceses de Lyon. La primera parada fue en un mercado cercano para comprar las provisiones que necesitaríamos.  Muchas curvas después (que marearon al Xavi como nunca) hicimos una parada para comer y empezamos a caminar entre arrozales y arroyos. 

Cuando aún quedaban dos buenas horas de camino, Xavi pisó mal con tan mala suerte de torcerse el tobillo en medio de la nada. En ese paraje alejado de la mano de Buda una de las alemanas tenía una venda compresiva y una especie de inmovilizador de tobillo. Gracias a ello llegamos a la pequeña aldea que nos cobijaría durante esa noche. Pese a dormir en el suelo merece la pena ver la primera bruma entre las montañas y oír llegar la lluvia.

La noche fue tranquila sin contar que obligué a Xavi a acompañarme a la letrina que estaba a 20 metros de la choza y protegida por los bueyes que dormían debajo de nuestra “habitación”.

Al día siguiente y para no forzar el pie, nos ahorramos la caminata del grupo y fuimos llevados en moto hasta la siguiente actividad. Para nosotros fue una de las aventuras de ese trekking ya que nos vimos en medio de la montaña, subidos en dos scooters y atravesando barrizales para encontrar la  carretera.

Más tarde dimos un paseo en un elefante hembra que iba seguido por su cría. Fue divertido pero nos pareció algo “guiri”. Para acabar descendimos los rápidos de un río sobre una balsa de bambú y aparte de empaparnos enteros pudimos conducirla. Ciertamente esperábamos que fuera más aburrido pero es una de las cosas que más nos gustó.

                                          Recolectando lichis!

El último día en Chiang Mai alquilamos una moto y fuimos a ver un templo situado en lo alto de una montaña con vistas al valle de esta ciudad norteña. Al bajar, un americano nos aconsejó visitar un Wat cercano y poco conocido. Era un pequeño templo edificado cerca de una cascada y rodeado de bosque. Tuvimos la suerte de que celebraban una fiesta nacional: el cumpleaños de la reina y por ello comimos y bebimos gratis rodeados de monjes. 

Acabamos de despedirnos de Chiang Mai con el Saturday Walking Street, un inmenso mercadillo donde encontramos y compramos de todo y más. Empezamos a caminar a las 17h y a las 20:30h salimos ya cansados y sin haber llegado al final de la calle. Eso sí, cenamos sushi del bueno y barato!

Nuestra intención ahora es hacer un tramo de la ruta 1095 que va de Chiang Mai a Mae Hong Son pasando por Pai. Pero eso se explicará en la próxima entrada!

Gracias por seguirnos y esperamos con ilusión vuestros comentarios. Petonets!